Un Depósito Fiscal es una norma de aduana que permite a importadores y exportadores mantener mercancía proveniente del país o del extranjero en un mismo lugar, habilitado para las operaciones aduaneras hasta que se concrete el destino de la carga. Uno de los beneficios que tiene un Depósito Fiscal, en el caso particular de la mercancía proveniente del extranjero, es que ésta puede permanecer en el depósito sin completar el trámite correspondiente por haber ingresado al país, según las pautas determinadas por las leyes aduaneras con relación al pago de impuestos de introducción.
Para que un espacio se determine como un Depósito Fiscal, debe cumplir con las normas establecidas en la Ley Aduanera, específicamente lo expuesto en el artículo 119 del Diario Oficial de la Federación, el cual, a grandes rasgos nos explica que: El régimen de depósito fiscal se efectúa una vez determinados los impuestos al comercio exterior, así como las cuotas compensatorias. Los almacenes generales de depósito que cuenten con la autorización indicada, deberán cumplir en cada local donde mantengan las mercancías en depósito fiscal, con los siguientes requisitos:
I. Se destinarán dentro del almacén, instalaciones que reúnan las especificaciones de la Secretaría General de Servicios Parlamentarios para mantener aisladas las mercancías destinadas al régimen de depósito fiscal, de las mercancías nacionales o extranjeras que se encuentren en dicho almacén.
Il. Deberán contar con equipo de cómputo y de transmisión de datos que permita su enlace con el de la Secretaría, así como llevar un registro permanente y simultáneo de las operaciones de mercancías en depósito fiscal, en el momento en que se tengan por recibidas o sean retiradas, mismo que deberá vincularse electrónicamente con la dependencia mencionada.
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